Falta muy poco al cierre de este año escolar y para mí terminará una etapa
de mi vida puesto que dentro de poco tendré que afrontar el examen final con el
que concluiré un ciclo educativo que dura desde hace 13 años. La elección de
emprender el camino del liceo lingüístico fue motivada por una profunda pasión
por los idiomas extranjeros y por el deseo de sumergirme en diversas culturas.
Esperaba un recorrido formativo que me permitiera dominar nuevas lenguas y
abrirme horizontes internacionales. Estaba consciente de los desafíos que
habría podido encontrar, pero también estaba decidido a superarlos para
alcanzar un alto nivel de competencia lingüística. Sin embargo, nunca habría
imaginado que el liceo lingüístico me ofreciera mucho más de lo que había previsto.
Desde los primeros meses, comprendí que este recorrido no era solo un medio
para aprender a comunicar en otros idiomas, sino también una oportunidad para
desarrollar una profunda comprensión de las culturas y tradiciones de otros
países. Cada lección era un viaje a través de la literatura, la historia, el
arte y la sociedad de diversas naciones, enriqueciendo mi visión del mundo y
permitiéndome apreciar la diversidad cultural. Además de las competencias
lingüísticas y culturales, el liceo lingüístico me ha dotado de habilidades
inesperadas en varios ámbitos. He desarrollado un pensamiento crítico y
analítico gracias al estudio de las literaturas extranjeras, que me ha enseñado
a interpretar textos complejos y a formular juicios ponderados. Las actividades
extracurriculares, como los intercambios culturales y los proyectos
internacionales, han mejorado mis capacidades organizativas y de trabajo en
equipo, preparándome para enfrentar diversas situaciones con flexibilidad y
creatividad. He aprendido a gestionar el tiempo y a trabajar bajo presión,
competencias que se han revelado valiosas también fuera del contexto escolar.
Si echo la mirada atràs y empiezo a rebobinar los años transcurridos en mi
Instituto, creo que una de las experiencias más emocionantes e inolvidables que
llevaré dentro de mí por el resto de mi vida, vivida durante estos cinco largos
años, es sin duda la del Erasmus+ en España.
En el mes de octubre del año 2022, junto con un reducido número de otros
estudiantes de nuestro instituto Cesare Balbo de Casale Monferrato, de Liceo
Lingüístico, tuve el privilegio de participar en un viaje inolvidable,
organizado por nuestra profesora Marta Sanna. Este viaje se desarrolló en las
fases preliminares en la plataforma ETwinning Erasmus+ de la Unión Europea, en
colaboración con dos institutos: el IESO Galileo de Pozo Estrecho, España, y el
Gymnázium de Vysoké Myto, República Checa. Esta aventura educativa representó
una oportunidad única para sumergirse en las culturas y tradiciones de otras
naciones europeas, enriqueciendo así el bagaje cultural y personal de cada
participante. El viaje comenzó el 4 de octubre de 2022, con nuestro
entusiasmo en el aeropuerto de Milán Malpensa, acompañados por nuestras
incansables profesoras de lenguas extranjeras, Marta Sanna y Maura Imarisio,
respectivamente profesoras de español y francés. Con excitación nos despedimos
de nuestra ciudad natal para aventurarnos hacia las tierras ibéricas. Tras un
vuelo tranquilo, la llegada a la ciudad de Alicante marcó el inicio de una
experiencia de intercambio cultural sin precedentes. Después de un viaje en
autobús llegamos a la pequeña localidad de Pozo Estrecho, situada en la región
de Murcia en el sur de España, fuimos cálidamente recibidos por las familias.
Desde ese mismo día, tuvimos la oportunidad de vivir plenamente la vida
cotidiana local, sumergiéndonos en las tradiciones y costumbres españolas, así
como marroquíes, dado que la población local estaba muy equitativamente
dividida entre ambas nacionalidades, debido a la proximidad con Gibraltar y las
costas del norte de África. La primera noche se celebró con una cena junto con
todos los participantes del proyecto y fue un momento para superar el primer
impacto y sentó las bases para una profunda amistad intercultural. Durante esa
velada, tuvimos sobre todo la ocasión de degustar algunos platos típicos de la
zona, entre los cuales mis favoritos fueron sin duda las patatas bravas y la
tortilla de patatas. En los días siguientes, tuvimos el privilegio de explorar
la pintoresca localidad de Pozo Estrecho, donde, mediante algunas visitas
guiadas, pudimos admirar las joyas arquitectónicas de la ciudad, entre ellas
majestuosos palacios y renombradas bodegas y queserías.
Estas experiencias nos permitieron comprender plenamente la importancia
económica y cultural de esta región, caracterizada por una rica tradición
enogastronómica y artesanal. Un momento culminante del viaje fue la visita a la
escuela local, una ocasión valiosa para interactuar con los estudiantes
españoles y profundizar la comprensión mutua entre culturas diferentes. A
través de intercambios lingüísticos y actividades colaborativas, como la
creación de un pequeño podcast con la ayuda del profesor español del
laboratorio de radio, publicado posteriormente en las redes sociales del
instituto, pudimos consolidar nuestras competencias lingüísticas y aumentar
nuestra conciencia sobre la importancia de la interculturalidad en el contexto
educativo contemporáneo. El recorrido nos llevó a la magnífica ciudad de
Cartagena, enriqueciendo el viaje con un marco histórico y cultural sin igual.
Fundada por los antiguos romanos, Cartagena posee un rico patrimonio
arqueológico y arquitectónico, testimonio de su gloriosa historia. A través de
visitas guiadas a los monumentos más emblemáticos de la ciudad, como el Teatro
Romano y el Castillo de la Concepción, pudimos sumergirnos en la historia
milenaria de esta fascinante ciudad portuaria. Posteriormente, la capital de la
provincia de Murcia ofreció más puntos de conocimiento y apreciación de las
bellezas locales. Conocida por su rica tradición agrícola y culinaria, Murcia
nos deleitó con sus mercados vibrantes y sus especialidades gastronómicas.
Aunque no tuvimos mucho tiempo para visitarla, me impresionó mucho por su
modernidad y su innegable cultura artística, palpable al caminar por las calles
de esta fantástica ciudad. Luego, los penúltimos cuatro días del viaje se
dedicaron a la exploración de la histórica ciudad de Granada, una de las joyas
del sur de España. Dominada por la majestuosidad de la Alhambra, esta antigua
fortaleza morisca me fascinó particularmente con su arquitectura grandiosa y
sus jardines encantados, símbolo del pasado glorioso de Andalucía. Declarada
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la Alhambra representa una obra de
arte intemporal, que encanta e inspira a los visitantes de todas las épocas.
Además, otra cosa que me hizo amar Granada fue la fusión de las culturas árabe
y española, palpable en cada rincón de la ciudad. Asimismo, algo realmente
impresionante que se puede notar especialmente durante la noche, y que me dejó
sin palabras, es la movida, completamente diferente a la que estamos
acostumbrados a ver aquí en Italia. En Granada, especialmente los jueves, todos
los jóvenes, en su mayoría universitarios, llenan las amplias calles del centro
y los locales de una manera asombrosa. El viaje continuó hacia Córdoba, ciudad
impregnada de arte e historia, aunque el tiempo disponible fue limitado. Sin
embargo, incluso una breve visita permitió admirar las obras artísticas que
adornan la ciudad, testimonios de su glorioso pasado. Famosa por su
Mezquita-Catedral, símbolo del eclecticismo cultural que caracteriza a España,
Córdoba nos ofreció una experiencia inolvidable de belleza y espiritualidad.
Finalmente, el recorrido concluyó con una etapa en Alicante, una de las
ciudades favoritas del viaje. Situada a lo largo de la espléndida costa
mediterránea, Alicante me conquistó con su belleza impresionante y su clima
soleado. Aquí, entre paseos por el paseo marítimo y baños en las cristalinas
aguas del mar, pudimos disfrutar de momentos de relax y contemplación,
dejándonos mecer por el dulce ritmo de la vida mediterránea. Además, durante la
visita a Alicante, tuvimos la oportunidad de degustar la célebre paella, plato
icónico de la cocina española, preparada con maestría y pasión por los mejores
chefs locales.
Este momento de convivencia representó una ocasión única para saborear los
auténticos sabores de la gastronomía española y compartir momentos de alegría y
camaradería con los nuevos amigos. Finalmente, el 15 de octubre, con el corazón
lleno de recuerdos preciosos y nuevas amistades, tomamos un taxi hacia el
aeropuerto de Alicante, listos para regresar a casa con la conciencia de haber
vivido una experiencia que permanecerá indeleble en nuestra memoria. Este viaje
representó no solo una oportunidad de aprendizaje y crecimiento personal, sino
también un puente de diálogo y comprensión entre las diversas realidades
europeas, confirmando así el valor y la importancia de los programas de
intercambio internacional promovidos por la Unión Europea. A través de encuentros,
experiencias y descubrimientos, todos los participantes enriquecieron su bagaje
cultural y humano, abriendo la mente y el corazón a nuevas perspectivas y
posibilidades de crecimiento.
En definitiva, el liceo lingüístico se ha revelado como una experiencia
formativa integral, que me ha enriquecido no solo en el plano lingüístico y
cultural, sino también en el personal y profesional. Ha superado mis
expectativas iniciales, ofreciéndome herramientas y competencias que me
acompañarán durante toda la vida, preparándome para enfrentar con seguridad y
curiosidad el mundo que me espera.
A. B.
5 ^ C Lin
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