Erasmus: una palabra, muchas emociones
¿Europa? ¿Quién no ha soñado alguna vez con descubrir nuevos mundos? ¿Quién no ha querido explorar una tierra completamente nueva y desconocida?
El 13 de abril de este año comenzaba la experiencia para un grupo de alumnos del instituto, todos seleccionados para emprender esta aventura y acoger a unas chicas españolas del Instituto IES Manuel Tárraga con el proyecto "Erasmus+".
El proyecto Erasmus+ es una forma de conocer nuevas culturas, aprender fuera de las fronteras de nuestro país, hacer nuevos amigos, ampliar nuestros horizontes y explorar nuevos lugares. El programa no sólo fomenta el aprendizaje y la comprensión de la cultura del país anfitrión sino que también promueve la integración entre chicos de diferentes países.
Al finalizar la semana de intercambio en nuestro colegio tuve la oportunidad de entrevistar a las chicas españolas del Instituto IES Manuel Tárraga (San Pedro del Pinatar, Murcia) y a las chicas italianas que participaron en el proyecto. Durante la entrevista surgieron varias consideraciones sobre las diferencias culturales entre Italia y España, y fue posible discutir y reflexionar sobre los miedos iniciales y las expectativas personales.
De las observaciones de los jóvenes participantes se desprende que, además del idioma, Italia y España difieren en muchos otros aspectos culturales, como los horarios de las comidas porque en España se come más tarde que en Italia o el sistema escolar debido a los horarios y la materias estudiadas.
El proyecto les permitió aprender sobre un nuevo idioma y cultura pero, sobre todo, hacer nuevos amigos. Al mismo tiempo, se encontraron frente a sus propios miedos: viajar a otro país sin sus seres queridos y vivir en una casa con una familia completamente desconocida.
La entrevista fue para mí un punto de partida para reflexionar sobre mi experiencia Erasmus+ en la que participé el año pasado, durante la cual tuve la gran oportunidad de partir hacia República Checa y visitar las ciudades de Praga, Viena y Bratislava. Pude identificarme con las chicas españolas y volvieron a mi mente recuerdos maravillosos, acompañados de una mezcla de emociones que viví antes de partir.
Irme de Erasmus era un sueño que me acompañaba desde hacia meses y cuando por fin llegó el momento de hacer las maletas, las inseguridades y dudas no tardaron en aflorar. Sentí que tenía miedo de salir del país por primera vez sin mi familia, de no poder integrarme a la nueva cultura y de irme a vivir con una familia que no conocía. A pesar de las diversas incertidumbres, decidí afrontar la experiencia con valentía. Elegí vivir cada desafío como una oportunidad de crecimiento personal y decidí abrazar plenamente cada momento, sin importar lo aterrador que fuera. Al final fue la mejor decisión que tomé, porque, durante las dos semanas de Erasmus, superé obstáculos, uno tras otro. Cada momento fue una oportunidad para aprender algo nuevo sobre mí y el mundo que me rodea.
Todavía miro hacia atrás y revivo mi Erasmus con gratitud y satisfacción por haber vivido una de las experiencias más significativas de mi vida. Erasmus no sólo me enseñó a adaptarme al cambio y descubrir una cultura diferente a la mía, sino que me enriqueció profundamente, dejando en mi corazón recuerdos y amistades que llevaré conmigo para siempre.
A.L
VC
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